Me quedé en el Gran Hotel Buenos Aires y de verdad fue una gran elección. La habitación súper cómoda, todo impecable, y lo mejor: la ubicación. Está en pleno centro, así que podés caminar a un montón de lugares turísticos sin necesidad de moverte mucho. Hay varios restaurantes y cafés lindísimos alrededor, así que si sos de los que disfruta salir a comer bien, este lugar te queda ideal. La atención fue súper amable (que para mí hace toda la diferencia) y el desayuno... uff, de esos bufets que querés repetir. Todo fresco y con muchas opciones. Si están buscando un lugar para quedarse en la ciudad que sea práctico, cómodo y lindo, este es un gran sí.